con un ave roja en su regazo, las lenguas desnudadas, las piedras azules hacen su aparición bajo un halo de incingruencia, en el artificio desprovisto de la acción matinal, hacia la terrible enbocadura cerca del hocico del león dormido, migajas de piel caliente sobre la cara desvelada, conoce si quieres tu falsa carne de ceniza, como quisiste los siglos se han hecho viento en mi puño, la preocupacion de un fracaso se hizo bengala junto ala humedad, otros antes que yo llegara supicarón tu marchites que exita, yo no!, jamas me pediste cautela, pero exijiste mi remolino cada seis de la mañana, enterraste las alharacas de tu pasado de amor simple, ahora porque atas tus flechas con insistencia a mi coraza?, adaptate y condecora nuestra resurección del sufrimiento, impregna mis abismos con el olor de tu falda, ni siquiera te atrevas a menguar las escaleras de mis espejos beatos, mira de frente a mi disparo y toca mi sexo bajo la lluvia de arena, ambos flancos estan cayendo en la vispera insolente, solo esperame, MIRA QUE MI VOZ NO PUEDE VIVIR SIN TU ECO, cruzan sus brazos de broma las marionetas del nuevo sol, sus lagrimas son la sentencia al exeso de luz, ezageran dentro de mi nariz, absolutamente todos han de pagarnos la mirada cavilante, ya no tenemos que evadir la palmas que tanto odiabamos, ni abrir nuestros vientres en la segunda escena para olvidar el frio de nuestros latidos, ya no agitare tu puño amarillo con mis dientes de papel, si tan solo precipitas tu llegada ascendente e inundas con alas negras estos cuatro abismos donde jamas abitamos.
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