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El círculo mágico

El círculo mágico La teoría popular acerca del círculo mágico es que es un círculo que se traza en el piso para protección de quien hace magia. O por lo menos es lo que las películas nos quieren hacer creer.

La realidad es mucho más compleja e interesante. El mal llamado "círculo" no es tal, para empezar, sino que es una esfera/ovoide que el mago traza (o visualiza, para ser más exactos) a su alrededor antes de comenzar rituales u otros actos mágicos. El obbjetivo principal es delimitar el espacio sagrado en el que realizaremos un ritual, pero hay otras razones para hacerlo, fundamentalmente el concentrar la energía levantada durante el ritual, el favorecer la conexión con las Deidades que contactemos durante el ritual, y sí, protección.

Tradicionalmente, el trazado del círculo en la Wicca incluye los siguientes pasos:

trazado físico del círculo
llamadas a los Cuartos
Invocaciones
El orden varía de acuerdo a la tradición/autor/ejecutor, pero en general, el último paso siempre son las invocaciones al Dios y a la Diosa.

Veamos ahora cada paso en detalle:

Trazado físico del círculo
Consiste en físicamente caminar (o simplemente apuntar si nuestro círculo es pequeño) a lo largo del límite de nuestro espacio sagrado, demarcándolo en alguna forma. Dependiendo de la tradición y del brujo, puede hacerse una sóla vez, tres, cuatro, cinco, hasta nueve! Una opción popular es trazarlo una vez con agua salada (representando los elementos agua y tierra), una segunda vez con el incensario (representando los elementos de fuego y aire) y una tercera vez visualizando nuestra energía demarcándolo, usando el athamé, o hasta nuestra propia mano (representando el espíritu). Algunas personas prefieren usar sólo el athamé, cada elemento por separado, y otras prefieren tres repeticiones de cada uno.

La idea es visualizar con cada pasada un círculo de contención, que terminará de cerrarse en una burbuja al momento de hacer las invocaciones. Algunos brujos prefieren hacer ésto utilizando cánticos, otros recitan piezas particulares, y finalmente otro grupo prefiere hacerlo en silencio.

El trazado no se marca en el suelo (aunque si asperjamos con agua o sal, obviamente quedarán en el suelo). En el caso de usar el athamé o nuestras manos, simplemente debemos proyectar la energía con nuestro brazo extendido hacia abajo. Si usamos un incensario, normalmente éste estará a la altura de nuestro pecho o plexo solar.

Llamadas a los cuartos
Se llama "cuarto" a cada uno de los puntos del círculo que se enfrenta directamente con uno del los cuatro puntos cardinales principales. Esto se ha tomado prestado de la Magia Ceremonial. Cada uno de éstos puntos cardinales tiene asignado uno de los cuatro elementos, con el quinto (Akasha) representado por el centro, que es donde ubicaremos el altar.

En la Wicca tradicional, los elementos que se atribuyen a los puntos cardinales son fijos, y para Europa son los siguientes:

Este: aire, corresponde al Conocimiento en lo que se conoce habitualmente como la "pirámide de los brujos".*
Sur: fuego, corresponde a la Voluntad.
Oeste: agua, corresponde al Atrevimiento (emoción)
Norte: tierra, corresponde al Guardar Silencio
Esto sin embargo no se mantiene en todas los grupos, y alguno prefieren trabajar con la topología local, utilizando por ejemplo el Este para el elemento Agua si tiene un río en ésa dirección. Y obviamente, aún si utilizamos la estructura formal, si estamos trabajando en el Hemisferio Sur, el patrón deberá invertirse. Estas indicaciones pueden parecer muy vagas, pero lamentablemente la única forma de ver qué funciona mejor en nuestra práctica es probar varias opciones.

La llamada en sí consistirá en invocar los poderes que asociemos con el punto cardinal en cuestión. Aquí de nuevo las acciones, e incluso a quiénes están dirigidas nuestras invocaciones, varía de acuerdo al practicante y la tradición. La Wicca tradicional prefiere trabajar con los Guardianes de las Atalayas, entidades que se cree presiden sobre cada cuadrante y sobre el Elemento que le corresponde. Otras tradiciones prefieren invocar a algún elemental correspondiente al Elemento en cuestión. Algunos otros -en particular si están influenciados por Magia Ceremonial- prefieren trabajar con ángeles. Finalmente, otros prefieren invitar directamente a Deidades asociadas o con el cuadrante o con el atributo respectivo. De elegir ésta última opción, es aconsejable el utilizar un único panteon.

En general, el núcleo de ésta llamada es una invitación respetuosa a la entidad a la que nos dirigimos, usando palabras, gestos, sonidos, acciones, perfumes, o una combinación de éstos. Estas llamadas comienzan tradicionalmente en el Norte o el Este (de nuevo, depende de la tradición y el uso) y se realiza en sentido deosil (horario). En algunos casos, como ser para rituales de la Luna Oscura, o que se realicen para eliminar situaciones de nuestra vida, o similares, el círculo puede trazarse en sentido widdershins (anti-horario). Sin embargo, ésto no es una práctica que vayamos a encontrar comunmente.

Formas habituales de marcar los cuartos son el utilizar velas, elementos físicos (una maceta para la tierra, una copa pequeña para el aguar, una vela para el fuego, incienso para el aire), piedras o cristales (en éste último caso, en lo posible cristales que normalmente se asocien con el elemento en cuestión).

Invocaciones
El último paso es la invocación de la Diosa y el Dios, sea en sus aspectos de Gran Diosa y Gran Dios, o entidades particulares. De nuevo, si vamos a hacer ésto último, conviene utilizar un único panteón. Esto usualmente se realiza mediante un cántico, oración o recitado, prendiendo velas en el altar, quemando inciensos particulares, o combinaciones.

El paso final es el "cerrar" completamente el círculo a nuestro alrededor, una vez que las Deidades se hayan invitado. De nuevo, ésto se realiza mediante visualización, imaginando la burbuja de energía que creamos a nuestro alrededor cerrándose.

Conclusión
Esta es una descripción aproximada de cómo debe trazarse un círculo mágico. No he dado detalles más específicos respecto de cánticos, invocaciones, etc., adrede, ya que en general conviene que cada uno escriba o improvise las propias llegado el momento, pero con un mínimo de imaginación, y siguiendo la información detallada arriba, es posible crear nuestra propia versión de éste paso.

Una vez completo el círculo, podemos pasar al ritual en sí o trabajo mágico. Si necesitamos por cualquier motivo abandonar momentáneamente el círculo, podremos hacerlo "cortando" una puerta en el nor-este -ubicación tradicional, aunque nada impide hacerla en donde debamos salir-; al volver a entrar, deberemos trazar nuevamente el segmento que cortamos con el athamé o nuestras manos.

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