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antitodo

VATE

INTENSIDAD Y ALTURA

Quiero escribir, pero me sale espuma,
Quiero decir muchísimo y me atollo;
No hay cifra hablada que no sea suma,
No hay pirámide escrita, sin cogollo.
Quiero escribir, pero me siento puma;
Quiero laurearme, pero me encebollo.
No hay toz hablada, que no llegue a bruma,
No hay dios ni hijo de dios, sin desarrollo.
Vámonos, pues, por eso, a comer yerba,
Carne de llanto, fruta de gemido,
Nuestra alma melancólica en conserva.
Vámonos! Vámonos! Estoy herido;
Vámonos a beber lo ya bebido,
Vámonos, cuervo, a fecundar tu cuerva.

 

Cesar Vallejo

Siksi Aseurustelen varkaiden kanssa

Siksi Aseurustelen varkaiden kanssa

"Trato con el ladron "

Trato con el ladrón que quita la cara del espejo.
Le birlé la imagen de una muchacha que tiene la mirada de Narciso.
Pero pregúntale cómo vivir,
cómo reaccionar ante los hechos y las palabras.
El mundo es una mierda, dice.
Rayos, ¿no sirven aquí ni una puta cerveza?
La piel es piel, gesticula el diario de la tarde.
Cómo tomar todo lo escrito
y hablado; en el canal de la TV un hombre
se mete en el ano de una mujer y otro en su vagina,
ella simula placer y gime de dolor.
Diantre, es como una tragedia que el hombre tenga que penetrar,
y la naturaleza como que lo pide,
o si no, se siente excluido, coño,
y el otro simultáneamente se va por el culo, puta.
¿Cómo tomar todo lo escrito y hablado,
el ovillo azul de seda donde la vena de la frase late?
¿Cómo lo más recóndito del laberinto,
una marmita congelada,
un tablero de ajedrez de corazones
de cuyos escaques mana un rojo torrente?
Despliega tus alas, muchacha,
y alza vuelo; todas las ventanas son de mentira,
en algún lugar esperan el árbol y sus frutas,
a los que las palabras no hacen justicia.
Ve como música hacia su follaje,
a la bóveda del viento que tañe,
al infierno, no hay otro camino hacia el amor.
Es el chico en el patio de la escuela, tratado de torpe,
cuya cabeza se dobla a temprana hora sobre los libros,
es el comienzo de los cuernos.
Y los testículos, no hay que olvidar los testículos,
pesan como pesas.
Helo aquí, un toro suspicaz;
carajo no hay una puta cerveza,
pero los genitales se encuentran y el amor todo lo soporta."

Eira Stenberg - Finlandia, 1943

poema para leer de pie en el autobús entre la puerta flaminia y el tritone

poema para leer de pie en el autobús entre la puerta flaminia y el tritone


puedo escribir
así
de ti
contigo
sin ti
tal vez
silbando
como quien no
quiere nada
nada nada nada nada nada nada
o llorando
o comiendo
o bebiendo
o muerto de hambre
resfriado
estornudando
gritando
criatura
que no canto
no pido
no deseo
sino un poco
de alegría
muñeco de las causas
imposibles
monstruo que el rayo ha convertido
en una sonrisa
puedo escribir así
sobre ti
y sobre mí
y nada más
qué tristeza
tú y yo
y nada más
y las calles doradas
de roma
y tú y yo
y nada más
y qué más puede haber
de tú y yo
y los ojos celestes
de roma además
pero qué inútil
tanta luz
entre dos
qué tristeza
tú y yo
y nada más
qué tristeza
escribir y escribir y escribir y escribir
de los dos
hay que ver
prueben
qué harían ustedes
en situaciones tan horrendas
en una habitación tan oscura
sin puertas y sin ventanas
pero claveteada por dentro
sellada por fuera
completamente cubierta de flores perfumadas como los
crisantemos los nardos y otras flores semejantes
una especie de sarcófago en suma
y qué harían ustedes
qué harían
si tuvieran una pierna
en lugar de una nariz
y caminaran con ella
día y noche al pie del tíber
pidiendo limosna a las nubes
desenterrando objetos llameantes
buscando a dios entre las patas
de una mesa
qué harían
a ver
qué harían entonces
seres con rabo
que la sombra
ha pisoteado
respondan temerosos
oh piadosos
maquinarias de rodillas
ante el gran dios fiat
si todo desapareciera bruscamente
por el ojo de la cerradura
del hotel ripetta
o ardieran vuestras propiedades
en un futuro silencio
de uranio
o llovieran carne y huesos
en el vaticano
escupieran pájaros los niños
cruzaran balas
deslumbrantes
flechas
de inusitado poder
afrodisíaco y purgante
y algo más
todavía
yo estúpido animal
avanzo siempre siempre
sin embargo
avanzo siempre siempre
hasta los últimos rincones
donde se orina el sol
se orina la luna llena
se orinan los borrachos
vocifera la mierda
aúlla la soledad
criaturas que arrastráis
un solo
largo
llanto
no tengo nada
nada que ofreceros
ésta es la realidad
mi vida es humo
humo mi casa
y mis amigos
no reconozco
las dos huellas de mis pies
ni mis rodillas
en la arena
pero miro finalmente
el cielo arriba
el cielo abajo
arriba
abajo
arriba finalmente
fijamente
sin temor
ya no por el hueco de la cerradura
por donde miraba entonces
¿recuerdas pobre jorge?
a la puta del hotel
ripetta
creyendoque era celeste
ella también
magnitud ígnea
meteoro cuya caída
es el perfume
cuya memoria
es la memoria
de una joven en el trigo
y no era sino un hocico
pintado
dos bolsas de trapo
tres bolsas de trapo
seis bolsas de trapo
y un estómago sonoro
sonrío ahora ya
finalmente
he aquí mi oficio
pero cuánto me ha costado
he convertido en agua
mi paciencia
en pan
mi soledad
doy de comer
a los muros
de beber
a las sillas
me quema todo
y todo me congela
no sé leer
ni escribir
ni contar
y lo que es claro para todos
para mí es tinieblas
no sirvo para nada
ni para conversar
conmigo mismo
ni para devorar
la televisión
o el cine
no sirvo para nada
no soy nada
esto lo sé
pero cuando me despierto
cosa que hago siempre
antes que los demás
las estaciones brillan
y cuando estoy dormido
es el invierno
generalmente además
soy más alto de día
que de noche
aunque alto no sea
(yo no sé por qué
mi madre hablaba siempre
de mi padre
como de un caballo
grande y silencioso
como un perro
o de un perro grande
y silencioso
como un caballo
la verdad es que mi padre
era tan alto
y encendido
que me era difícil mirarlo
y cuando lo miraba
me caía el sol en la garganta)
pero de nada sirve
de nada sirve escribir
siempre sobre sí mismo
o de lo que no se tiene
o se recuerda solamente
o se desea solamente
yo no tengo nada
nada repito
nada que ofreceros
nada bueno sin duda
ni nada malo tampoco
nada en la mirada
nada en la garganta
nada entre los brazos
nada en los bolsillos
ni en el pensamiento
sino mi corazón sonando alto alto
entre las nubes
como un cañonazo

Jorge Eduardo Eielson Perú, 1924-2006

Poema

Claramente
vi
el esqueleto debajo
de
todo
este
espectáculo
de la personalidad
¿qué queda
de un hombre y de todo su orgullo
sino sus huesos?
Y todos sus sandwiches nocturnos
perdidos...
y las bañaderas repletas de licor
que atravesaron su garganta
...huesos—Él se desanima
en la sepultura,
sus rasgos faciales
transformados por los gusanos
*
*
*
*
de él
no escucharás
palabra alguna
*
*
*
*

Jack Kerouac  1922 - 1969

Amor Sadico

 

Ya no te amaba, sin dejar por eso
de amar la sombra de tu amor distante.
Ya no te amaba, y sin embargo, el beso
de la repulsion nos unió un instante...
Agrio placer y bárbaro embeleso
crispó mi faz, me demudó el semblante,
ya no te amaba, y me turbé, no obstante,
como una virgen en un bosque espeso.
Y ya perdida para siempre, al verte
anochecer en el eterno luto,
mudo el amor, el corazón inerte,
huraño, atroz, inexorable, hirsuto...,
jamás viví como en aquella muerte,
nunca te amé como en aquel minuto!

Julio Herrera y Reissig (Montevideo 1875-1910)

LA TUMBA DE LAS NÁYADES

LA TUMBA DE LAS NÁYADES

Caminaba por el bosque arropado de escarcha. Mis cabellos, sobre la boca, florecían de carámbanos diminutos. Casi no podía levantar las sandalias por el peso de la nieve fangosa que se les adhería.

Él me dijo: "¿Qué buscas?" "Voy siguiendo -le contesté- la pista de un sátiro. Las huellas de sus pequeños cascos hendidos van alternándose como huecos en el níveo manto". Él me dijo: "Los sátiros han muerto. Ya murieron los sátiros, y las ninfas también. Hace más de treinta años
que no hacía un invierno tan crudo. Las huellas que ves son las de un macho cabrío. Quedémosnos aquí. Junto está la tumba".

Con su azada quebró el hielo del manantial en donde, en otro tiempo, reían las náyades. Cogió luego grandes pedazos de hielo y, alzándolos a los ojos, miraba... miraba al trasluz el cielo pálido.
De "Las canciones de Bilitis"

Pierre Louÿs (1870 - 1925)

Efialtes

En el fondo del sueño están los sueños. Cada
noche quiero perderme en las aguas obscuras
que me lavan del día, pero bajo esas puras
aguas que nos conceden la penúltima Nada

late en la hora gris la obscena maravilla.
Puede ser un espejo con mi rostro distinto,
puede ser la creciente cárcel de un laberinto,
puede ser un jardín. Siempre es la pesadilla.

Su horror no es de este mundo. Algo que no se nombra
me alcanza desde ayeres de mito y de neblina;
la imagen detestada perdura en la retina

e infama la vigilia como infamó la sombra.
¿Por qué brota de mí cuando el cuerpo reposa
y el alma queda sola, esta insensata rosa?

Jorge Luis Borges

EL ESPEJO

EL ESPEJO

Soy de plata y exacto. No tengo prejuicios.

Todo lo que veo lo trago de inmediato

tal y como es, sin la turbiedad del amor o de la antipatía.

No soy cruel, sólo veraz-

El ojo de un diosecillo, con cuatro esquinas.

La mayor parte del tiempo medito sobre la pared de enfrente.

Es rosada, con manchas. La he mirado tanto

que creo que forma parte de mi corazón. Pero se mueve.

Caras y oscuridad nos separan una y otra vez.

 

 

Ahora soy un lago. Una mujer se asoma sobre mí,

buscando en mi  extensión lo que ella es en realidad.

Luego se vuelve hacia esas embusteras, las velas o la luna.

Veo su espalda y la reflejo con fidelidad.

Me recompensa con lágrimas y gesticula con las manos.

Soy importante para ella. Viene y va.

Cada mañana es su cara lo que sucede a la oscuridad.

En mí ha ahogado a una muchacha, y desde mi una mujer mayor

se eleva hacia ella día tras día, como un pez terrible.

PLATH, Sylvia: (USA, 1932 – 1963)

COMPAÑERA

COMPAÑERA

Tus dedos si que sabían peinarse como nadie lo hizo
mejor que los peluqueros expertos de los transatlanticos
ah y tus sonrrisas maravillosas para el calor
tú que llevas prendida un cine en la mejilla

junto a ti mi deseo es un niño de leche

cuando tu me decías
la vida es derecha como papel de cartas

y yo regaba la rosa de tu cabellera sobre tus hombros

por eso y por la magnolia de tu canto

que pena
la lluvia cae desifual como tu nombre.

Carlos Oquendo de Amat (Puno, 1906-Madrid, 1936)

SOÑÉ CONTIGO ESTA NOCHE

Soñé contigo esta noche:
Te desfallecías de mil maneras
Y murmurabas tantas cosas...

Y yo, así como se saborea una fruta
Te besaba con toda la boca
Un poco por todas partes, monte, valle, llanura.

Era de una elasticidad,
De un resorte verdaderamente admirable:
Dios... ¡Qué aliento y qué cintura!

Y tú, querida, por tu parte,
Qué cintura, qué aliento y
Qué elasticidad de gacela...

Al despertar fue, en tus brazos,
Pero más aguda y más perfecta,
¡Exactamente la misma fiesta! 

Paul Verlaine  (1844-1896)